Archive for agosto 2013

Suicide blonde

7 Comments »

-¿Y la banda presidencial? ¿Es Ollanta?- pregunté al ver a mi hijo con terno y banda presidencial
-ah, pues si- me dijo su madre
-mi hijo presidente carajo- y empecé a reír.
En la marcha (que en realidad no es marcha, ya que estos nenes solo caminan) se podía ver a chalanes, cholitos, amazónicos, todos en versión miniatura. Una pequeña marcha con banderitas peruanas saludando de un lado a otro alrededor del amplio campo de fútbol.
Una pequeña actuación, unos niños que bailaban marinera, otros que recitaron un poema y unos bailes típicos que los niños repetían imitando a sus profesoras. Y ahí estaba Leandro mi pequeño presidente sonriendo de un lado a otro de la mano de otra niña, una Nadine que algún payaso con sentido del humor también llevaba banda presidencial. Un chiste interino entre los padres de familia.


Mi hijo al vernos, a su madre y a mí, nos hizo hola con la mano, sonriendo, contento, le gusta mucho el colegio y aunque solo hace bolitas y reconoce algunas letras del abecedario (confunde la ñ, la y, y  la doble L el pobre) él es feliz con sus amiguitos. Tiene una amiguita con la que juega a Ben 10 y a los carritos (los de Cars). No sé porque la niña prefiere jugar con carritos en vez de muñecas, pero así es. La niña es rubia y al parecer le gusta mi pequeño, su madre también es rubia, una mujer alta (de mi tamaño, pero con tacos se ve más alta). Estamos juntos viendo como ellos juegan con unos bloques en su salón.


Ella está separada, el papá de la niña no vino para la actuación. Yo fui con la madre de Lea, pero ella cómplice se ha retirado temprano a conversar con otras madres. Hemos acordado que los niños deben pasar tiempo juntos y no ha dudado en invitar a Lea al cumpleaños de su hija a fines de mes.
Algunos padres nos miran, y seguro sospechan que estamos coqueteando, no se equivocan.

Coquetear descripción Dooms: hacer chistes estúpidos para que ella se ría, burlarme del peinado horroroso de la señora directora o de la profesora de gimnasia que parece Natalia Malága, nada por delante, nada por detrás. Hacer carita de niño bueno mientras sonrío mirándola fijamente, para que sepa que me interesa lo que dice.

 Pero hacerlo aquí está mal visto. Ya que si bien ella está separada, yo no. O por lo menos nadie sabe del arreglo que tenemos Yolanda (la madre de Lea) y yo. Y mientras sea así todo, los murmullos que generan nuestras risitas a escondidas o susurradas son mal vistas.